La humanidad está rompiendo todos los récords equivocados cuando se trata del cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron un nuevo máximo en 2022. En septiembre de 2023, las temperaturas medias globales estuvieron1,8°C por encima de los niveles preindustriales. Según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea, el 2023 fue el año más cálido registrado.

La edición 2023 del Informe sobre la Brecha de Emisiones nos dice que el mundo debe cambiar de rumbo, o estaremos diciendo lo mismo el próximo año y el siguiente y el siguiente, como un disco rayado. El informe concluye que la implementación total y continua de los esfuerzos de mitigación de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) incondicionales realizadas en virtud del Acuerdo de París para 2030 colocaría al mundo en camino de limitar el aumento de la temperatura a 2,9°C en este siglo. La implementación total de las CDN reduciría esto a 2,5°C. Dado el intenso impacto climático que ya estamos viendo, ninguno de estos resultados es deseable.

El progreso desde la firma del Acuerdo de París en 2015 ha demostrado que el mundo es capaz de cambiar. Las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030, según las políticas vigentes, se proyectaban que aumentarían un 16 por ciento en el momento de la adopción del acuerdo. Hoy en día, el aumento proyectado es del 3 por ciento. Sin embargo, se prevé que las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 deben caer un 28 por ciento para el camino de 2°C del Acuerdo de París y un 42 por ciento para el camino de 1,5°C.

El cambio debe llegar más rápido en forma de transformaciones de desarrollo económico de bajas emisiones de carbono, con un enfoque en la transición energética. Los países con mayor capacidad y responsabilidad en las emisiones deberán tomar medidas más ambiciosas y proporcionar apoyo financiero y técnico a los países en desarrollo. Los países de ingresos bajos y medios, que ya representan más de dos tercios de las emisiones globales, deberían satisfacer sus necesidades de desarrollo con un crecimiento de bajas emisiones, lo que proporcionaría acceso universal a la energía, sacaría a millones de personas de la pobreza y expandiría industrias estratégicas.

La primera revisión mundial, que concluyo en la COP 28 en Dubái este año, se enfocó en lograr acuerdos para que la próxima ronda de CDN, que establecerá nuevos objetivos nacionales de emisiones para 2035. La ambición en estas CDN debe llevar las emisiones de gases de efecto invernadero en 2035 a niveles compatibles con los caminos de 2°C y 1,5°C. Una implementación más sólida en esta década ayudará a hacer esto posible. El mundo necesita acciones concretas y empezar a establecer récords en la reducción de emisiones, transiciones verdes y justas, y financiamiento climático, empezando desde ya.

La situación actual del cambio climático es alarmante. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y las temperaturas globales siguen subiendo. Esto está teniendo un impacto cada vez mayor en el planeta, causando fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad y aumento del nivel del mar.

Es importante recordar que el cambio climático es un problema global que requiere una respuesta global. Todos los países, ricos y pobres, deben trabajar juntos para reducir las emisiones y limitar el calentamiento global. Hay muchas cosas que podemos hacer para ayudar a combatir el cambio climático. Podemos reducir nuestro consumo de energía, cambiar a fuentes de energía renovables y apoyar políticas que promuevan la sostenibilidad. También podemos educar a otros sobre el cambio climático y la importancia de tomar medidas para abordarlo.

Todos podemos desempeñar un papel en la construcción de un futuro más sostenible para nuestro planeta.