Organización para el Desarrollo Sustentable

EL TIEMPO SE AGOTA PARA ACTUAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

El mundo está presenciando una inquietante aceleración en la cantidad, velocidad y escala de los récords climáticos, sobre esto podemos decir que en 2023 estuvimos en presencia del año más cálido jamás registrado en la historia de la humanidad. Para que hablemos de números, podemos decir que se han registrado 86 días con temperaturas que exceden 1.5°C por encima de los niveles preindustriales.

Septiembre no solo fue el mes más cálido de la historia, sino que superó el récord anterior por un rango de 0.5°C, con temperaturas promedio globales a 1.8°C por encima de los niveles preindustriales y que son los que buscamos reducir por medio de las acciones concretas que la sociedad civil, los gobiernos y todos debemos trabajar en forma conjunta, como lo hemos dicho en varias oportunidades, acá no sirve un esfuerzo aislado, es tarea de todos buscar la implementación exitosa de la Agenda 2030.

Podemos seguir diciendo que no hay cambio climático, continuar con el negacionismo climático del que hemos hablado en otras publicaciones, pero desde mi punto de vista, me parece que algo está pasando. Vamos a revisar la información de una manera más detallada, por ejemplo, podemos decir que esto no implica que el mundo haya excedido el límite de temperatura de 1.5°C especificado en el Acuerdo de París, que se refiere a los niveles de calentamiento global basados en promedios que se calculan entre las décadas que estamos midiendo.

Sin embargo, sí indica que nos estamos acercando a ese punto. Estos récords de temperatura estuvieron acompañados por eventos extremos devastadores en todas partes del mundo, en donde el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) nos ha advertido que son simplemente un comienzo, todo lo que paso hasta ahora, no tiene nada que ver con los eventos que nos vamos a encontrar en el futuro, por ejemplo, cada incremento de calentamiento global implica una serie de peligros que se escalan rápidamente con amplias implicaciones para los medios de vida humanos y los ecosistemas de los cuales dependemos para mantener la vida en nuestro planeta.

El reporte de la brecha de emisiones del PNUMA, que fue publicado antes de la COP28 es especial, ya que marca la conclusión del primer balance global bajo el Acuerdo de París. Los balances globales se realizan cada cinco años para evaluar la respuesta a la crisis climática y trazar un mejor camino a seguir y que fue uno de los puntos más importantes que tuvimos como resultado de la reunión de las partes en diciembre pasado.

Este objetivo refleja estrechamente el Informe de Brecha de Emisiones, que es proporcionar una evaluación científica independiente anual de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) prometidas y las reducciones necesarias para alinearse con el objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París y la búsqueda de oportunidades para cerrar esta brecha.

El IPCC concluyó que los niveles de emisiones globales para 2030 resultantes de la implementación de las CDN actuales harán imposible limitar el calentamiento a 1.5°C sin aumentarán considerablemente el desafío de limitar el calentamiento a 2°C. Este hallazgo se reitera en este informe. Destaca que mantener la posibilidad de lograr el objetivo a largo plazo del Acuerdo de París depende de fortalecer la ambición y la implementación durante esta década, facilitando así objetivos significativamente más ambiciosos para 2035 en la próxima ronda de CDN y allanando el camino para la implementación de los compromisos de emisiones netas cero por parte de los países que actualmente cubren alrededor del 80 por ciento de las emisiones globales.

El informe muestra que el movimiento en las CDN ha sido insignificante desde la COP27 y aunque la ambición de las CDN se ha fortalecido desde la adopción del Acuerdo de París en la COP 21 en 2015, ha sido insuficiente para reducir la brecha de emisiones de 2030.

El progreso desde la adopción del Acuerdo de París es más visible en el lado de la implementación de políticas. Sin embargo, el desafío sigue siendo inmenso. En solo siete años, las emisiones globales de GEI deben reducirse entre un 28 y un 42 por ciento en comparación con el rumbo al que se dirigen bajo las políticas actuales para lograr los objetivos propuestos.

Después de esta introducción y como un resumen, los puntos sobre los que se basa el informe son los siguientes.

  1. Las emisiones globales de GEI establecieron un récord de 57.4 GtCO2e en 2022.
  2. Las emisiones actuales e históricas están distribuidas de manera muy desigual dentro y entre los países, lo que refleja los patrones globales de desigualdad.
  3. Ha habido un movimiento insignificante en las CDN desde la COP 27, pero se han logrado algunos avances en las CDN y las políticas desde la adopción del Acuerdo de París.
  4. El número de compromisos de emisión cero sigue aumentando, pero la confianza en su implementación sigue siendo baja.
  5. La brecha de emisiones en 2030 sigue siendo alta: las CDN incondicionales actuales implican una brecha de 14 GtCO2e para un objetivo de 2°C y una brecha de 22 GtCO2e para el objetivo de 1.5°C. La implementación adicional de las CDN condicionales reduce estas estimaciones en 3 GtCO2e.
  6. Las acciones de esta década determinarán la ambición necesaria en la próxima ronda de CDN para 2035 y la viabilidad de lograr el objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París.
  7. Si se mantienen las políticas actuales, se estima que el calentamiento global se limitará a 3°C. Cumplir todas las promesas incondicionales y condicionales para 2030 reduce esta estimación a 2.5°C, y el cumplimiento adicional de todas las promesas de emisión cero la lleva a 2°C.
  8. El fracaso en la reducción estricta de las emisiones en los países de altos ingresos y en la prevención de un mayor crecimiento de las emisiones en los países de ingresos bajos y medios implica que todos los países deben acelerar urgentemente las transformaciones de bajas emisiones de carbono en toda la economía para lograr el objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París.
  9. Los países de ingresos bajos y medios enfrentan desafíos económicos e institucionales sustanciales en las transiciones energéticas bajas en carbono, pero también pueden aprovechar las oportunidades.
  10. Un mayor retraso en las reducciones globales de GEI estrictos aumentará la dependencia futura de la reduccion de carbono acelerada para cumplir el objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París.

Con una conclusión general de lo que nos dice el reporte de la brecha de emisiones que fue emitido a finales del 2023, podemos decir que el mundo está muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) siguen aumentando y los países no están cumpliendo sus compromisos de reducción de emisiones.

Para limitar el calentamiento global a 1.5°C, las emisiones globales deben reducirse en un 42% para 2030. Sin embargo, las CDN actuales solo reducirían las emisiones en un 28%. Esto significa que se necesita una acción urgente y ambiciosa para cerrar la brecha de emisiones.

Los países deben fortalecer sus CDN para 2030 y comprometerse a alcanzar emisiones netas cero para mediados de siglo. También deben acelerar la implementación de políticas y medidas que reduzcan las emisiones, como la transición a energías renovables, la eficiencia energética y la captura y almacenamiento de carbono.

Si los países no toman medidas urgentes, el mundo se encamina a un calentamiento global de 2.7°C o más para finales de siglo. Esto tendría consecuencias devastadoras para el planeta y la humanidad.

Esta publicación tiene por objetivo generar una llamada de atención para la acción climática, no podemos seguir de la misma manera, el mundo está en un punto de inflexión y las decisiones que tomemos en los próximos años determinarán el futuro del planeta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *