Transitamos el mes de Septiembre y al circular por las rutas tucumanas nos topamos con distintos lugares en los que se están quemando cañaverales. También es muy frecuente ver en los pueblos y ciudades cubiertos por las nubes y lluvia de hollín, que afectan directamente a todos los alrededores. Por los vientos incluso llegan hasta la ciudad las consecuencias de la quema.

Desde la Organización para el Desarrollo Sustentable queremos contarte cuales son las consecuencias de esta práctica, tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas.

Entre las consecuencias medioambientales que encontramos por la quema de caña podemos destacar que se reduce la materia orgánica del suelo en el que se encuentra la plantación, lo que conlleva a que con el tiempo y las repetidas quemas estas tierras pierdan fertilidad.

Además de esto, también afecta a aquellos animales o seres vivos que se encuentren en el lugar donde se produce la quema, poniendo en riesgo de esta manera a esos ecosistemas y a la biodiversidad.

Otra de las consecuencias que podemos mencionar es que, al quemarse la caña, se liberan en la atmósfera gases de efecto invernadero, como el CO2 y el Metano, los cuales tienen una incidencia muy negativa para nuestro planeta ya que aumentan la crisis climática mundial.

Por otro lado, al quemarse todo lo que se encuentra en el suelo, el mismo queda prácticamente sin protección. Esto acelera el proceso de erosión del mismo por el agua o el viento, lo que genera una disminución en el potencial de producción de esas tierras.

En cuanto a los efectos sobre la salud de las personas, los principales afectados son aquellas personas que habitan en las cercanías de donde se produce la quema de caña. Los principales problemas que aparecen se relacionan a enfermedades respiratorias, como bronquitis crónica o asma bronquial, pero también ocasiona consecuencias cardiovasculares. Por otro lado, los gases y la ceniza generada por la quema puede contener algunos compuestos cancerígenos, los cuales pueden producir consecuencias a largo plazo.

Además de estas consecuencias ambientales y en la salud de las personas, el humo generado por la quema disminuye enormemente la visibilidad en las rutas, por lo que es motivo de múltiples accidentes automovilísticos, y en muchas ocasiones se cobra la vida de personas que transitan las rutas de la provincia.

Como se menciona en esta nota, los daños producidos por la quema de caña durante el proceso de producción de azúcar son realmente alarmantes. Disminuir esta práctica es sumamente importante para contrarrestar todos los efectos negativos que produce a la salud y al planeta.

Desde nuestra Organización para el Desarrollo Sustentable trabajamos de manera diaria en el cumplimiento de la Agenda 2030, y la quema de caña dificulta el cumplimiento de algunos de sus objetivos, por ejemplo ODS 3 (Salud y bienestar), ODS 13 (Acción por el clima) y ODS 14 (Vida de ecosistemas terrestres). Por este motivo desarrollamos programas que nos ayudan a mitigar los efectos del cambio climático. Uno de estos Programas es el ABC para el Desarrollo Sostenible, un programa a partir del cual fomentamos la plantación de árboles, el armado de huertas en nuestros hogares y la construcción de ecoladrillos como una forma de recuperar el plástico.

Te invitamos a ser parte de nuestro trabajo y contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030, sumándote como Voluntario ODS. Trabajemos en conjunto, por un mundo más próspero para todos.