Organización para el Desarrollo Sustentable

A 50 AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE ESTOCOLMO

50 AÑOS DE LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
El Cambio Climático está más presente de lo que creemos en la vida de los que habitamos el planeta tierra. La Emergencia Climática requiere que los gobiernos, el sector privado y la ciudadanía global se comprometan realmente en desarrollar acciones para mitigar a este fenómeno. Desde La Organización para el Desarrollo Sustentable en esta nota te contamos acerca de la Conferencia de Estocolmo. La misma cumple 50 años, por lo que te invitamos a leer qué es lo que plantea. 

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El edificio Folkets Hus (centro) en Estocolmo, Suecia, que acogió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, el 16 de mayo de 1972. Foto ONU/Yutaka Nagata

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972, fue la primera conferencia mundial en hacer del medio ambiente un tema importante para las decisiones que los lÍderes mundiales deberían tomar en el futuro cercano y hoy, 50 años después de esa reunión, podemos ver cuáles fueron las temáticas sobre las cuales se trabajaron y en donde los participantes adoptaron una serie de principios para la gestión racional del medio ambiente, incluida la Declaración y el Plan de acción de Estocolmo para el medio humano.
Para hacer un recuento, en esa primera oportunidad, dentro de los asistentes a la conferencia se encontraban representantes de 113 Estados Miembros de las Naciones Unidas, así como miembros de los organismos especializados de las Naciones Unidas.
Si nos ponemos a analizar los acuerdos sobre los que se trabajó, podemos decir que, como resultado de esta, se generaron documentos que se basaron en un gran número de informes presentados por gobiernos y organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales, entre ellos 86 informes nacionales sobre problemas ambientales que ya se estaban viviendo en esa época, ya 50 años atrás y sobre los cuales seguimos discutiendo hoy día, estamos en la década de acción.
La Declaración de Estocolmo, que contenía 26 principios, colocó las cuestiones ambientales en el primer plano de las preocupaciones internacionales y marcó el inicio de un diálogo entre los países industrializados y en desarrollo sobre el vínculo entre el crecimiento económico, la contaminación del aire, el agua y los océanos y el bienestar de las personas de todo el mundo.

El plan de acción constaba de tres tipos generales de acción:
a) El programa global de evaluación del medio humano (Vigilancia mundial);
b) Las actividades de ordenación del medio humano;
c) Las medidas internacionales auxiliares de la acción nacional e internacional de evaluación y ordenación.

Uno de los principales resultados de la conferencia de Estocolmo fue la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Dentro del informe que se desarrolló en la conferencia, hay que destacar el contenido de los acuerdos sobre los cuales comenzaban a trabajar en esa oportunidad, se esbozaba en forma simple como el problema estaba pensado en forma antropogénica, en donde se mencionaba que el hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da
el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente.
En la larga evolución de la humanidad en nuestro planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala sin precedentes, cuanto lo rodea, pero también está logrando alterar el medio donde vive, generando problemas para las futuras generaciones, que no podrán disfrutar de los lugares que los rodean como lo hicimos nosotros 50 años atrás, debemos actuar ahora es lo que nos piden los países en vías de desarrollo, no podemos seguir esperando, tenemos un solo planeta por el cual debemos trabajar en forma unida, generando alianzas que nos lleven a una implementación exitosa de la Agenda 2030.
En 1972 ya se comenzaba a mencionar que la protección y mejoramiento del medio humano es una cuestión fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico del mundo entero, un deseo urgente de los pueblos de todo el mundo y un deber de todos los gobiernos es trabajar en contra del cambio climático, buscando acuerdos y generando instancia para lograr detener lo que en esa época ya estábamos comenzado a sentir como el impacto del cambio en el clima.
Hablando en pasado, podemos notar como los mensajes que se desarrollaban estaban ya pensando que el problema era inevitable, pero también se mencionaba que teniendo en cuenta la capacidad del hombre de transformar lo que lo rodea, utilizada de la manera correcta, puede llevar a todos los habitantes del planeta a conseguir los beneficios del
desarrollo y ofrecerles la oportunidad a todos de vivir en un mundo mejor, pero también, aplicado de manera errónea o imprudentemente, el mismo poder puede causar daños incalculables al ser humano y a su medio.
Dentro de los reportes que fueron generados, se mencionaba como podíamos a ver a nuestro alrededor multiplicarse las pruebas del daño causado por el hombre en muchas regiones de la Tierra: niveles peligrosos de contaminación del agua, el aire, la tierra y los seres vivos; grandes trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y agotamiento de recursos insustituibles y graves deficiencias, nocivas para la salud física, mental y social del hombre.
Al parecer los problemas ya estaban muy bien identificados, mencionando el subdesarrollo, encontrando a millones de personas que siguen viviendo muy por debajo de los niveles mínimos necesarios para una existencia humana decorosa, privadas de alimentación y vestido, de vivienda y educación, de sanidad e higiene adecuados y en esta década de acción que estamos transitando, los ODS se deberían encargar de generar las acciones concretas para que las deficiencias encontradas 50 años atrás no estuvieran presentes en los días de la era digital, pero siguen estando ahí y todavía no podemos ponernos de acuerdo como debemos gestionar para que nadie se quede atrás.
Si revisamos la Conferencia de Bonn de la semana pasada, el tema principal fue el problema del financiamiento que los países industrializados deben hacer llegar a los países con menores recursos, el cual sigue siendo un tema que genera diferencias, sobre todo si hablamos de cuál debe ser la cantidad que debe ser aportada y en qué momento.
Si vemos lo que pasó 50 años atrás, vemos que la conferencia comentaba que los países en desarrollo deben dirigir sus esfuerzos hacia el desarrollo, teniendo presentes sus prioridades y la necesidad de salvaguardar y mejorar el medio, trabajando en línea con los países industrializados, los cuales deben esforzarse por reducir la distancia que los separa de los países en desarrollo.
El tema no se detiene acá. Todos estos eventos ambientales marcan los lineamientos principales sobre los cuales nos encontremos en la Conferencia de las Partes COP27 en Egipto este año.
Imaginamos que los países industrializados estarán pensando en volver a tomar el control de las negociaciones que se dieron por perdidas en la Conferencia de Bonn.
El momento de actuar es ahora, debemos continuar en la generación de acuerdos y enfocarnos en apoyar la década de acción.
Si querés leer la Declaración de Estocolmo completa, hace clic aquí.
Necesitamos desarrollar acciones concretas que tengan un impacto real. La Agenda 2030 nos convoca a hacer del mundo un lugar más sano y próspero, donde todas las personas puedan obtener prosperidad para su vida.
En la próxima publicación, te llevaremos 30 años atrás, hacia la Conferencia de RIO.  La misma plantea un plan de acción internacional sobre el medio ambiente. Analizaremos si fue cumplido y en qué acciones debemos seguir trabajando. Aprovechamos la oportunidad para invitarte a formar parte del Voluntariado ODS, Para Que Nadie Se Quede Atrás.

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