En el “Día internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados” te contamos algunos de los mayores daños sufridos por nuestro planeta como consecuencia de las guerras.

En el 2021 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó al 6 de noviembre como el día internacional para la prevención de la explotación del Medio Ambiente en la Guerra y Conflictos Armados, una fecha que pretende proteger el medio ambiente en situaciones de conflictos.

El medio ambiente es la víctima más silenciosa y silenciada, porque se queman bosques, se contaminan o destruyen acuíferos, se envenenan los suelos y se sacrifican animales. Todo esto no es tenido en cuenta a la hora de evaluar los daños de una guerra.

No solo se ve afectado el hombre sino también el ecosistema. Décadas de guerras han llevado a la pérdida de ecosistemas y recursos naturales muy valiosos.

Muchas veces la explotación de los recursos naturales es la causa de los conflictos armados, de hecho en los últimos 60 años la mitad de los conflictos están relacionados con la explotación de recursos naturales.

Si revisamos un poco nuestra historia, podremos entender los destrozos que puede ocasionar una guerra en los ecosistemas del mundo, estos son algunos ejemplos;

Durante la Guerra del Vietnam (1955-1975) un avión descargó grandes cantidades de “agente naranja” sobre la selva en Vietnam, este producto altamente tóxico, era una sustancia química defoliante que provocó que se eliminen rápidamente grandes extensiones vegetales con el objetivo que los adversarios no tengan donde esconderse ni con qué alimentarse, aún 50 años después hay restos de este producto en los suelos.

En Afganistán se han registrado tasas de deforestación del 95% en los últimos años.

En el Congo la eterna guerra civil se considera el conflicto más mortífero después de la segunda guerra mundial, teniendo también un efecto devastador en la población de animales que han servido como suministro de carne para combatientes, civiles y desplazados. Especies pequeñas, como los antílopes, monos y roedores, y otras más grandes, como los gorilas y los elefantes de los bosques, han visto disminuida seriamente su población debido a la guerra.

En Gaza, Yemen y en otro lugares se ha dañado la infraestructura hídrica, como pozos subterráneos, plantas de tratamiento de agua residuales, estaciones de bombeos o plantas de desalinización

A principios de la década de 1990, las tropas del dictador Saddam Hussein (de orientación suní) drenaron las marismas de Mesopotamia, el ecosistema de humedales más grande y antiguo de Oriente Medio, situado en la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates, de esta manera a partir de diques y canales se redujeron las marismas a menos de un 10% de su extensión original.

Son grandes las consecuencias que sufre la naturaleza cada vez que se produce una guerra, por esto la ONU considera de suma importancia la prevención de conflictos armados.

“No puede haber Paz duradera si nuestros recursos y ecosistemas se destruyen”

La Agenda 2030 incluye entre sus principales objetivos la protección del planeta y la paz mundial, por esto desde nuestra Organización trabajamos con acciones concretas para el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible con sus 169 Metas.

Te invitamos a conocer nuestros programas y a sumarte como VOLUNTARIO para que de manera conjunta trabajemos para cuidar nuestro Planeta y construir sociedades pacíficas!