Organización para el Desarrollo Sustentable

COP26: ¿La Perspectiva de Género está invitada?

Vamos camino a la Conferencia de las Partes también conocida como COP26, que este año tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow (Reino Unido) y estará organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia. Es por eso que en esta nota te contamos acerca de la perspectiva de género en relación al Cambio Climático, tomando como punto de partida que menos del 25% de los puestos influyentes en el equipo de liderazgo son ocupados por mujeres, y teniendo en cuenta que de acuerdo con algunas estimaciones, no será posible, hasta el año 2042 lograr la paridad de género.

Incorporar a la Perspectiva de Género, como lo indica el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5: Igualdad de Género, en el futuro del planeta a medida que los países se recuperan de los devastadores impactos sociales y económicos de la pandemia de COVID- 19, es muy importante. La desigualdad de Género está dando forma a la experiencia de la crisis, así como a las perspectivas de resiliencia y recuperación.

La necesidad urgente de una acción en favor de la inclusión de la perspectiva de género en torno al
cambio climático, es latente. Se sabe que son las mujeres y sus hijos quienes más sufren la falta de seguridad alimentaria. Esto intensifica la violencia y también altera los frágiles procesos de paz.

Por lo que debemos entender que la desigualdad de género, la vulnerabilidad climática y la fragilidad del Estado están fuertemente interrelacionadas. Incorporar la perspectiva de género es clave en el proceso de diseño e implementación de las políticas públicas climáticas a nivel nacional e internacional. La participación equitativa de hombres y mujeres en la toma de decisiones, en la elaboración y ejecución de las principales políticas, programas, proyectos, estructuras y procedimientos institucionales que atañen al fenómeno garantiza que los mismos sean justos, efectivos y eficientes. Esto implica que no sólo deben contener aspectos científicos y económicos relativos a la temática, sino que también deben incluir una dimensión social y de derechos humanos.

América Latina y el Caribe son aun las regiones mas afectadas en el contexto de pandemia por COVID-19. En ese contexto se ha generado un brecha profunda de pobreza y desigualdad, donde el impacto del cambio climático deja a la luz que la desigualdad de genero ha impactado en la economía, la pobreza, la división sexual de trabajo, el predominio de la cultura de los privilegios, donde el patriarcado cultural impuesto, sigue influyendo en la desigualdad poder a través de actitudes discriminatorias y violentas.

Cuando hablamos de genero y cambio climático hay una fuerte vinculación en la desigualdad socio económica donde el crecimiento no es para todos y todas, la pobreza es una sombra que no hace diferencia, donde la crisis sanitaria
para las mujeres ya era de alto grado en situación de pobreza.

En 2019, según datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) por cada 100 hombres viviendo en hogares pobres, habían 112.7 mujeres en similar situación evidenciado así su falta de autonomía
económica.

Desde la pandemia la crisis ha demostrado el agotamiento del desarrollo de la región, basado en la extracción de los recursos naturales y energías fósiles, cuales fueron explotados sin criterios sostenibles, donde la inversión en tecnologías y empleo de calidad son una gran deuda sobre todo para las mujeres, de la misma manera las mujeres enfrentan barreras en el acceso a recursos productivos como ser la tierra, el agua, formación académica, y tecnologías.

En este contexto, los efectos del cambio climático pueden profundizar las desigualdades de género ya existentes. Las personas en situaciones de pobreza y marginalización, entre las cuales se encuentran las mujeres, generalmente tienen menos capacidad de amortiguar incluso los riesgos climáticos más moderados y son las primeras en experimentar la erosión de activos, círculos de pobreza y límites a su capacidad adaptativa. El cambio climático es entonces, una carga adicional y puede empujarlas hacia la pobreza crónica al impactar directa y severamente el acceso a los medios de subsistencia (Olsson, 2014).

El cambio climático tiene impactos directos sobre los recursos naturales que son esenciales para la vida cotidiana como son el agua, los recursos pesqueros, la disponibilidad de fuentes de energía, y la biodiversidad.

Estas responsabilidades, asignadas culturalmente, corresponden al trabajo no remunerado realizado por niñas y mujeres y la escasez de estos recursos esenciales pueden aumentar el tiempo que deben dedicarse a ello, resultando en la profundización de los nudos estructurales de la desigualdad.

Frente a estos nudos estructurales de la desigualdad y ante un escenario que amenaza la sostenibilidad de la vida, un reto clave es lograr que las acciones de respuesta generen las condiciones necesarias para la igualdad y que las mujeres, en particular, no queden excluidas de la búsqueda de soluciones y de la participación en los procesos de respuesta a este desafío global.

Te invitamos a participar como Voluntario de nuestra Organización para el Desarrollo Sustentable, ingresando AQUI. Sumate para que nadie se quede atrás



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