Cada 17 de Junio se celebra el Día Mundial de la Desertificación. Esta fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994 con el objetivo de aumentar la conciencia sobre los problemas relacionados con la desertificación y la sequía, y promover la implementación de medidas para combatir estos fenómenos. La desertificación es el proceso de degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas, que resulta de diversos factores, como la actividad humana, el cambio y la variabilidad climáticos. En esta nota te comentaremos acerca de las principales consecuencias que va a sufrir nuestro planeta al no contrarrestar esta problemática.

La desertificación tiene graves consecuencias para el medio ambiente, la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la vida de las comunidades que dependen de la tierra para su sustento.

Las sequías representan una grave amenaza para el desarrollo sostenible en todo el mundo. Los efectos de la escasez de agua y la degradación de la tierra pueden tener un impacto devastador en las comunidades, especialmente en los países en desarrollo. La falta de acceso a agua limpia y a tierras productivas afecta negativamente la seguridad alimentaria, la salud, la economía y la calidad de vida de las personas.

Cada año, el Día Mundial de la Desertificación tiene un tema específico que sirve para centrar la atención en un aspecto particular de la lucha contra la desertificación. Se llevan a cabo eventos, conferencias, actividades educativas y campañas de sensibilización en todo el mundo para promover la conservación de la tierra y la adopción de prácticas sostenibles.

Este año, el tema del Día Internacional contra la Desertificación, “Mujer. Sus tierras. Sus derechos“, hace hincapié en la idea de que invertir en la igualdad en el acceso de las mujeres a la tierra y a los bienes asociados es una inversión directa en su futuro y en el futuro de la humanidad. Es importante reconocer el papel fundamental de las mujeres en la gestión de la tierra y los recursos naturales. A menudo, las mujeres son las principales responsables de la seguridad alimentaria de sus familias y comunidades, y desempeñan un papel crucial en la conservación y el uso sostenible de la tierra. Sin embargo, también enfrentan barreras y desafíos significativos en relación con la tenencia de la tierra, el acceso a recursos y la participación en la toma de decisiones.

Promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres en relación con la tierra es esencial para abordar la desertificación y la sequía de manera efectiva. Garantizar que las mujeres tengan acceso y control sobre la tierra, así como a servicios e infraestructuras, empodera a las comunidades y mejora su capacidad para hacer frente a los impactos de la sequía y la degradación de la tierra.

Al destacar el tema “Mujer. Sus tierras. Sus derechos” en el Día Internacional contra la Desertificación, se busca promover la igualdad de género y concienciar sobre la importancia de la participación plena y equitativa de las mujeres en la gestión sostenible de la tierra y los recursos naturales. Este enfoque contribuye a fortalecer la resiliencia de las comunidades y a construir un futuro más sostenible para todos.

Es cierto que existe una brecha significativa entre la participación de las mujeres en la mano de obra agrícola y su acceso a la propiedad de la tierra. A pesar de que casi la mitad de la mano de obra agrícola mundial es femenina, las mujeres enfrentan dificultades para obtener derechos de tenencia de la tierra y el acceso a recursos productivos.

Las leyes discriminatorias y las prácticas culturales arraigadas son obstáculos importantes para que las mujeres accedan y controlen la tierra. En muchos países, las mujeres se enfrentan a leyes que les niegan el derecho a heredar los bienes de sus maridos, limitando así su capacidad para mantener y gestionar la tierra y otros recursos.

Además, la carga desproporcionada de trabajo que recae sobre las mujeres, como el acarreo de agua, es un problema serio. Las largas distancias que deben recorrer para acceder a fuentes de agua seguras afectan su salud, educación y oportunidades económicas. Esta situación refuerza la importancia de garantizar el acceso equitativo a los recursos naturales, como el agua, y promover la participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre el uso y la gestión de estos recursos.

Es fundamental abordar estas desigualdades y barreras mediante la implementación de políticas y marcos legales que promuevan la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Esto implica brindar apoyo a las mujeres para que adquieran derechos de tenencia de la tierra, participen en la toma de decisiones y tengan acceso a recursos y servicios básicos, como agua potable y servicios de saneamiento.

Al empoderar a las mujeres en el ámbito de la tierra y el agua, se promueve la igualdad de género, se fortalece la seguridad alimentaria y se fomenta un desarrollo sostenible y resiliente ante la desertificación y la sequía.

El objetivo principal del Día Mundial de la Desertificación es fomentar la cooperación internacional en la implementación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés) y promover la adopción de políticas y acciones para combatir la desertificación y restaurar las tierras degradadas.

Es importante destacar que la desertificación es un problema global que afecta a numerosos países en diferentes regiones del mundo. La colaboración entre los gobiernos, las organizaciones internacionales, las comunidades locales y la sociedad civil es fundamental para abordar esta problemática y lograr un uso sostenible de la tierra. Desde la Organización para el Desarrollo Sustentable destacamos la importancia de generar acciones colectivas para reducir la huella de carbono que pone en riesgo el futuro de nuestras próximas generaciones. Se parte de nuestro Programa de Voluntariado para no dejar a nadie atrás.